Se diferencia del ejercicio físico
general por su carácter psicosomático, trabajado para facilitar, calmar y
regular la respiración, almacenando así mayor cantidad de energía en el cuerpo.
No importa si se hace sentado,
inmóvil, en posición vertical, acostado sobre la espalda o de lado, pues el Qi
Gong puede practicarse incorporando posturas, movimiento, respiración,
meditación, visualización e intención consciente. El requisito básico es
mantenerse cómodo y relajado, intentando coordinar cuerpo, mente y respiración,
así como elegir un estilo apropiado para su condición. En la mayoría de los
casos se precisará un instructor.
Como prácticas tradicionales pueden
destacarse, entre otras, los ejercicios de “Los Cinco Animales” o “Las ocho
piezas de brocado”.
El primer ejercicio mencionado
consiste en imitar los movimientos del tigre, del ciervo, del oso, del mono y
de la grulla con la intención de beneficiar, respectivamente, los músculos y
tendones, la relajación, los huesos y riñones, la agilidad, así como el
equilibrio y ligereza.
El segundo consiste en un conjunto
completo de ejercicios independientes y fluidos donde el cuerpo experimenta movimientos
delicados que aportan un efecto significativo en la curación de enfermedades y
en la preservación de la salud. Concretamente, las ocho piezas son: “sostener
el cielo con las manos”, “estirar el arco para disparar al halcón”, “girar la
cabeza hacia atrás”, “levantar los brazos alternamente para regular el Jiao
Medio”, “balancear cabeza y glúteos para eliminar fuego de corazón”, “apretar
los puños con ojos de enfado”, “sostener los pies con las manos” y “brincar
sobre los dedos”.
Fuente: C. YUN-HUI, C. STIMSON. Depresión:
Editorial Médica del Pueblo, 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.