20 de febrero de 2013

RELACIONES ENTRE LA MTC Y OTRAS DISCIPLINAS TERAPEUTICAS



Puntos Gatillo, Fascia y Puntos Acupunturales.



Desde nuestra mente occidental, siempre nos sentimos tentados por encontrar las relaciones o nexos existentes entre la MTC y diferentes técnicas terapéuticas basadas en un razonamiento totalmente diferente, en teoría al oriental, pero con numerosos puntos en común.


A continuación citaremos algunos de los ejemplos más claros.

-Relaciones entre Puntos Gatillo Musculares y Puntos Acupunturales:
Definición de Punto Gatillo: “Punto altamente irritable de dolor exquisito en un nódulo en una banda tensa palpable de músculo esquelético “El Punto Gatillo es doloroso a la palpación / presión, y puede desencadenar dolor irradiado característico, disfunciones motoras e incluso reacciones vegetativas o autonómicas. (Travell y Simons, 1993)

Diferentes estudios objetivan una relación entre los Puntos Gatillo Musculares y los Puntos Acupunturales clásicos de un 93,3 % (con una distancia máxima entre las localizaciones descritas por ambos, de 2 cm).

-Relaciones entre la distribución de la fascia y los Puntos Acupunturales:
La fascia es la forma de tejido conjuntivo que envuelve todo el cuerpo, de manera continua, tanto a nivel superficial, como a niveles profundos (incluso viscerales).
Cuando este tejido se lesiona, por un traumatismo, sobrecarga, problema emocional…pueden provocarse síntomas a nivel distal.
Diferentes estudios muestran la relación evidente entre la distribución de los Meridianos y Puntos Acupunturales y los planos del tejido conectivo.

Por lo tanto, es de suma importancia entender estos nexos comunes, y poder así abordar las problemáticas de los pacientes desde diferentes puntos de vista, o mejor dicho, desde, quizás, el mismo punto de vista, explicado de modos distintos.

Intentar flexibilizar nuestro proceder terapéutico, de modo, que las líneas entre una técnica de punción seca y un picoteo rápido (técnica acupuntural), por poner un ejemplo, sean cada vez más difusas.


Juan G. Miñano Vigo
Terapeuta de MTC y Terapias Manuales (Fisioterapia, Puntos Gatillo, Osteopatía e Inducción Miofascial).




13 de febrero de 2013

LA ALERGIA PRIMAVERAL SEGÚN LA MEDICINA CHINA



Ya queda menos para que llegue la primavera y la dichosa alergia primaveral. Ha llegado el momento de que actuemos. La Medicina Tradicional China puede evitar que aparezca la alergia este año.
Estas cansado/a de los estornudos, picores, tos, rinitis… de los antihistamínicos y sus efectos secundarios, como somnolencia, aumento de apetito y de peso, sequedad de boca, visión borrosa, retención urinaria, estreñimiento y molestias gastrointestinales.

La Medicina Tradicional China (MTC) busca restaurar el equilibrio energético en el cuerpo, y trata a la alergia como una causante de la pérdida de ese equilibrio.

 




Según la MTC, las alergias se producen como consecuencia de la interacción entre “Zheng Qi[1]” y “Xie Qi[2]”. El establecimiento y evolución de las patologías es el reflejo de la lucha entre ellos bajo determinadas condiciones, “cuando Zheng Qi es fuerte, Xie Qi no podría afectar al organismo” o “cuando Xie Qi consigue afectar al funcionamiento del organismo, significa que Zheng Qi está débil”. En el ámbito de las enfermedades alérgicas, “Xie Qi” incluye los factores climáticos externos como el viento, frío, calor o la humedad, así como los alérgenos patológicos, en cuanto a la debilidad de “Zheng Qi” se referiría principalmente a la insuficiencia de los órganos Pulmón, Bazo y Riñón. El factor viento es el elemento patológico más importante en las enfermedades alérgicas.
Una vez Xie Qi ha penetrado en el organismo…
  • Si el factor viento externo queda estancado en la piel, bloqueará la sustancia sanguínea y el potencial de defensa del sistema superficial, dificultará la recepción de Qi y sangre a nivel de la piel y ésta, al carecer de nutrientes,  padecerá de erupciones y otras alteraciones cutáneas, y que serán cambiantes tanto en la localización, la gravedad, como en la aparición y desaparición de las mismas, por las características cambiantes del viento.
  • Si el factor viento afecta al Pulmón, éste podría sufrir tos, disnea, taponamiento nasal o estornudos.
  • El factor patógeno “humedad” se caracteriza por viscosidad, pesadez, etc., por lo que el estancamiento de este elemento en el sistema cutáneo puede verse reflejado con la aparición de vesículas, exudación, picor o ulceración en la piel, y que suele resultar difícil de eliminar.
  • Si el calor infeccioso penetra al organismo en profundidad, afectando a la sustancia sanguínea, altera la circulación sanguínea incluso haciéndola caótica, podría reflejarse en la hematuria, púrpura, etc...
El Pulmón controla el mecanismo del Qi, el sistema cutáneo y el sistema superficial. La insuficiencia del Qi pulmonar significaría la deficiencia en el potencial de defensa del sistema superficial y facilitará la penetración de los factores patógenos, aparecerían síntomas como erupciones cutáneas, disnea, tos y taponamiento nasal. 




El Bazo es la víscera encargada de la absorción, transformación y distribución de los líquidos, por lo que la deficiencia funcional de este órgano dificultará el metabolismo de los líquidos y éstos podrían convertirse en humedad o incluso Tan, causante principal de asma o disnea, así como la tos. 
El Riñón es la base hereditaria de un ser humano, se puede decir que la insuficiencia renal es el factor interno causante más importante de las reacciones alérgicas, en este aspecto se podría decir que sería el equivalente a la llamada “hipersensibilidad constitucional” por la Medicina Occidental.. Además son muchas las actuaciones humanas que activan las alergias, como el desarreglo alimenticio, que incluye el abuso de determinados alimentos como dulces, salados, grasos o ácidos, se genera Tan y se acumula el calor. Igualmente cuando se abusa de los mariscos, se genera Tan y humedad y que son perfectamente los causantes de reacciones alérgicas.

En primavera la naturaleza cambia de una fase más Yin (frío, oscuridad, la energía de los vegetales se conserva en las raíces…), a una fase más Yang, más expansiva (calor, luz, despliegue…). Aumenta el calor y las horas de luz, la naturaleza se despliega: salen las flores, crecen las hojas, los árboles se expanden…

Nosotros también somos naturaleza. En primavera, el Yang aumenta en nuestro cuerpo, y la energía se despliega. "La primavera, la sangre altera". En Medicina China, la primavera corresponde al elemento madera (Hígado). Y el Hígado tiende a un exceso de Yang. El aumento de Yang propio de la primavera afecta en especial al Hígado, porque ambos son madera. Si previamente ya existía un cierto exceso de Yang, el efecto es mayor, y puede producirse un "desbordamiento".  Este desbordamiento es el que provoca que el cuerpo se piense que los alérgenos sean Xie Qi. Y si encima tenemos débil el Zheng Qi, tenemos todos los números para padecer alergia.


El exceso de Yang previo puede deberse al estrés, a alteraciones emocionales o una mala alimentación, mayor proporción de alimentos muy Yang (en general, alimentos de origen animal, fritos, lácteos café, chocolate, embutidos, o muy cocinados….).



Cuando estamos nerviosos, irritables o muy estresados, cualquier pequeño contratiempo puede hacernos perder la paciencia y reaccionar desproporcionadamente. En la alergia pasa lo mismo, el cuerpo reacciona de forma desmedida ante un estímulo inofensivo.




A través de estimular los meridianos y puntos acupunturales, se consigue regular y desbloquear el Qi de los meridianos, regular las funciones orgánicas y el equilibrio de Yin Yang, regular “Ying Qi” y “Wei Qi”, aumentar el potencial de defensa, de esta manera se logra prevenir y curar las enfermedades.
La respuesta de cada persona al tratamiento en Medicina China puede variar mucho, en función de la edad y de los años de evolución de la alergia primaveral. Alergias relativamente recientes pueden llegar a resolverse rápidamente, pero en otras pueden ser necesarios varios meses.

 




[1] Conjunto de las actividades funcionales del organismo y el potencial de defensa
[2] Los factores patógenos o alérgenos