La Medicina Tradicional China
considera que una mujer embarazada pasa por un fuerte desequilibrio energético, por lo
que es conveniente aportar energía y sangre suficiente para así permitir el
adecuado desarrollo de un bebé en su cuerpo.
Siempre
teniendo en cuenta que existen algunos puntos del cuerpo donde no es
recomendable aplicar acupuntura durante la gestación, esta técnica puede ser la manera de restablecer el equilibrio, disminuir
los malestares de los primeros meses –especialmente náuseas y vómitos-
y también de los últimos –retención de líquidos o venas varicosas entre otras-,
así como preparar mejor a la mujer para el momento del parto.
Cuando el cuerpo está sano, la
energía vital fluye de un determinado modo. El redireccionamiento
de las energías a sus cauces correctos mediante la estimulación de los puntos
de acupuntura y los meridianos energéticos constituye un método simple y eficaz
para restablecer el equilibrio perdido.
Si bien estas técnicas no tienen
contraindicaciones y en general pueden combinarse con otros tratamientos
médicos, la consulta con el obstetra sobre la
recomendación o no de recibir acupuntura se considera un aspecto de gran
relevancia.
Las personas experimentan la acupuntura de distintas maneras, pero la mayoría
no experimentan dolor alguno durante el tratamiento; algunas mujeres sentirán su
cuerpo revitalizado y otras lo vivirán como una relajación extrema. Para la Medicina Tradicional China,
los efectos de la acupuntura en el cuerpo son claros: devolver el equilibrio al
organismo en su totalidad.
Las embarazadas, en especial, se
beneficiarán con esta técnica durante el parto e incluso durante el puerperio,
aliviando de esta forma algunas de las situaciones ciertamente difíciles que
suelen darse en esta ilusionante etapa.
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